jueves, 10 de febrero de 2011

La decisión final: Dejar lo seguro para largarse como emprendedor

Cuanto más sencillo es aconsejar a terceros lo que se debe o no hacer para iniciarse como emprendedor, qué caminos tomar y cuáles evitar, el darles el empujoncito final para que comiencen esta gran aventura. Cosas estas que he hecho a lo largo de hace ya algunos años.

¿Todo muy lindo… pero, qué sucede cuando es uno el que debe dar ese paso?

Algo por el estilo me encuentro analizando por estos días.

Un traslado familiar buscando calidad de vida pero no acompañado por lo laboral ha dejado a la familia dividida en dos partes, siendo yo quien permanece en Bs. As. por las razones antedichas y viaja más de 700 km (ida y vuelta) todos los fines de semana a fin de encontrarme con los afectos.

¿Debo renunciar (a mis 48 años) a la “seguridad” de la relación de dependencia a fin de iniciar un proyecto propio que tendrá más de un año como para analizar retornos de inversión y ver su factibilidad futura?

¿Dejar todo y comenzar de cero y en un rubro totalmente distinto, o tal vez aumentar el perfeccionamiento en lo que he venido realizando hasta ahora?

¿Saber que en relación de dependencia llegará un día en el cual seré prescindible o desarrollar algo propio que pueda perdurar en el tiempo más allá de la edad de quien escribe?

¿Abandonar el agobio de la gran ciudad por la tranquilidad de una más pequeña y el campo?

¿Ver crecer mi propia idea desde abajo y luchar por llevarla adelante?

¿Ser mi propio jefe y manejar mis propios tiempos (con lo difícil que esto puede llegar a ser)?

Como podrán apreciar existen puntos positivos y otros negativos (o mejor dicho, “dudosos”)

¡Tengo unos meses como para dar respuesta a mis interrogantes!

Hasta la próxima!

Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc.
Febrero 2011

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