domingo, 27 de mayo de 2012


Para cuando pensamos que la juventud no valora la educación.

Para cuando pensamos que los jóvenes están “todos perdidos”

Para cuando, como educadores, tenemos ganas de bajar los brazos y mandar todo de paseo

Vale la pena leer la nota sobre Rosita, quien con su gran ejemplo nos da una inyección de optimismo para nuestra profesión y nuestra vida

Hasta la próxima!

Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc.
Mayo 2012

Artículo:  

Rosita la alumna que estudia a la luz de las velas y tiene 9,86 de promedio

POR FABIÁN DEBESA


Vive a 40 cuadras del asfalto, en una casa sin electricidad. Tiene 11 años y asistencia perfecta.
Cuando sea grande. Rosita quiere ser profesora de Historia. Tiene 9 hermanos y los padres son tamberos.

LA PLATA. CORRESPONSALIA -          27/05/12

Para muchos es una heroína admirable. Una chica tenaz que se esfuerza cada mañana cuando se calza rápido el guardapolvo para llegar a tiempo a la escuela.

Tiene que superar obstáculos de otras épocas: en su casa no hay luz eléctrica y está a 40 cuadras del asfalto.

Rosa Cappelletti, de 11 años y alumna de sexto año de la Escuela 23 de Villa Montoro, tiene asistencia perfecta y un promedio de 9,86. Por eso, esta semana debutó en su nuevo rol de abanderada en los actos de conmemoración del 25 de mayo.

Con su figura delgada, acomodó el asta sobre la banda celeste y blanca y recorrió la sala en medio de los aplausos, cuando sonó la marcha “A mi bandera”.

Rosita –como la conocen en la escuela– tiene cara angelical y la mirada a veces esquiva, tímida. Asegura que no se siente diferente a sus compañeras y no le pesan los obstáculos que tiene para estudiar. Tiene un objetivo claro y nada la detiene para cumplirlo, aún cuando debe estudiar bajo la luz de una vela o hacer en dos tramos su camino a la escuela. Es que inicia su jornada a las seis de la mañana y recorre en bicicleta casi 40 cuadras hasta la parada del colectivo que la acerca hasta la escuela de un barrio de la periferia de La Plata, cerca del aeropuerto.

Ni los caminos anegados por la lluvia son una excusa para faltar a clases. Esta semana tuvo que dejar la bicicleta en el galpón porque el camino quedó imposible después de las lluvias. Como ocurre en otros períodos del invierno, tuvo que ir hasta la parada en el jeep modelo 60 que usa Angel, su papá, para las tareas en el tambo.

 “No tengo problemas con ninguna materia, pero me gusta más Historia.

Quiero ser profesora cuando sea grande ”, desliza Rosita en voz baja y pierde la mirada en el horizonte, como buscando ese futuro. “También podría ser científica, hacer experimentos”, juega. Tiene claro que los libros y el conocimiento serán parte de su futuro. “Eso lo aprendieron desde chicos todos mis hijos. El estudio es lo que les permitirá salir adelante”, agrega Rosa Delgado, la madre.

En su humilde vivienda de 122 y 670, en Villa Garibaldi, el matrimonio de Rosa y Angel crió 10 chicos. 

Cuatro ya no viven con ellos. Terminaron la secundaria, algunos pasaron por la universidad, y formaron su familia. Rosita es la menor de las mujeres. El más chico, Federico (10), también cursa quinto en la escuela 23, aunque en el turno tarde.

“Esta familia es un ejemplo. Con pocos medios y una conducta impecable casi todos los Cappelletti egresaron de acá. Nunca tuvimos un problema, siempre colaboraron”, dijo la vicedirectora de la escuela, Gladys López.

La rutina de Rosita es diferente a la de otros chicos de su edad. La compu queda muy lejos en Villa Garibaldi. Después de una breve siesta y del mate cocido con leche la estudiante cumple con rigurosidad con las tareas del colegio y puede disfrutar de un esparcimiento acotado: con sus hermanitos miran Floricienta, en un televisor de 8 pulgadas que funciona a batería, porque en la casa no hay servicio eléctrico.

 “Sólo si hicieron los deberes” , aclara la mamá.

sábado, 19 de mayo de 2012

Historias de emprendedores: The Cookie Factory - Por Diego Pasjalidis

En esta oportunidad traigo otro trabajo de Diego Pasjalidis - lo cual para mí es siempre un placer - en el cual nos presenta a Sofía Maluendez Krause, creadora e impulsora de "The Cookie Factory".

Nos cuenta su historia y de cómo se animó a llevar adelante un emprendimiento desde cero, dejándonos ver sus miedos y coraje para seguir en la lucha

Espero lo disfruten.

Hasta la próxima!


Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc
Mayo 2012


Artículo:



Historias de emprendedores "The Cookie Factory"



Como en muchos casos exitosos, este emprendimiento surgió tímidamente en un garage, con el anhelo de generar un negocio a partir de una tradición familiar. ¿Cuánto de perseverancia, pasión y temeridad se requiere para emprender? Una entrevista a una emprendedora argentina que nos comparte su receta.

Por Diego Pasjalidis*

Willy Wonka es un personaje ficticio, cuya pasión por los dulces lo llevó a construir la mejor fábrica de golosinas del mundo: el más rico chocolate y un ambiente pintoresco habitado por los Oompa Loompas terminan por completar la mística detrás del producto.

Sofía Maluendez Krause en nada se parece al personaje, aunque encuentro ciertos puntos en común en su historia.

Con 23 años, en el 2008 quiso convertir una arraigada tradición familiar en un negocio. Hoy, tras haber transitado el intrincado camino que todo emprendedor debe recorrer, accedió a una entrevista en donde nos comparte su experiencia. Lectura recomendada para todos aquellos que se disputan entre ser empleados o emprendedores.

DP: ¿The Cookie Factory es tu primer emprendimiento?

SMK: Es mi primer emprendimiento propio, aunque antes había tenido un emprendimiento con unos amigos: un bar en Punta del Este.

DP: ¿Cómo surge la idea de The Cookie Factory?

SMK: Vengo de una familia de tradición alemana, en donde hacemos galletas para fechas especiales como Navidad, cumpleaños… Todo momento es una buena excusa.
Incluso hacía para mis amigos y les encantaban, pero nunca lo vi como un negocio. De hecho, no sabía cómo convertir esto que me apasionaba en negocio.

Al graduarme como Ingeniera en Informática (Universidad del CEMA) tomé un curso sobre emprendimientos. Ahí tenía que hacer un Plan de Negocios, y eso me ayudó mucho a bajar a tierra el concepto que desde hacía rato estaba dando vueltas en mi cabeza.

DP: ¿Por qué galletitas y no otro emprendimiento, incluso asociado a lo que habías estudiado?

SMK: Más allá de la tradición familiar por las galletitas, había algo de ser emprendedora que me atrajo siempre, que se relacionaba con hacer negocios lindos, cálidos, atractivos. Siempre pensaba en el concepto “casas de té” o similares.

Tiempo atrás había visitado San Francisco (USA) y me interesó mucho el concepto de Boudin Bakery, un negocio tradicional que utilizaba la misma levadura madre desde hacía 100 años. No sólo vendían pan, sino que vendían historia, tradición, sabor y salud.

DP: Y a partir de allí…

SMK: Noté que en Argentina no estaba desarrollado el concepto en esa época. Hablamos del 2008, en donde el té o café se acompañaba con medialunas, masas o similares. Y fue así como me propuse avanzar en el Plan de Negocios para crear The Cookie Factory.

DP: ¿Qué resultó del proceso?

SMK: Quería hacer algo que en principio requiriera una baja inversión y que tuviera algún retorno. Había creado un catálogo por Internet para vender cookies en fechas especiales, como Navidad, Día de la Madre, San Valentín. Al principio vendía 50 cajas, como mucho.

Mientras estudiaba, notaba que muchas empresas a las que pertenecían mis compañeros organizaban desayunos de trabajo los viernes. Ahí fue cuando se me ocurrió acercar propuestas para reemplazar las tradicionales medialunas por las cookies, fomentando los Sweet Fridays.

DP: ¿Pudiste lograr algo?

SMK: ¡Sí! Me acerqué a GLOBANT, donde se compartían desayunos de trabajo. Me pidieron una cotización para reemplazar las masas y medialunas por cookies, y logré vender miles de galletitas cada viernes. Todo lo hacía en el garage de mi casa, que estaba sin uso, y donde compré las primeras máquinas usadas para producir.

DP: Tu primer gran cliente...

SMK: Lo fue, hasta 2009. En esa época, por la crisis mundial, las empresas hicieron recortes en servicios no esenciales, como los desayunos. En ese año me gradué, tenía pocos clientes y no estaba en condiciones de vivir de esto.

Aprovechando el montaje que hice en el garage de mi casa, con un amigo comenzamos a fabricar sándwiches para los empleados de oficinas de la zona. Nos fue muy bien, llegamos a tener 3 motos para reparto y 5 empleados trabajando.

DP: Un negocio totalmente diferente a las cookies

SMK: Justamente por eso, y por el tiempo que me insumía, a fines del 2009 decidí dejar de hacerlo para retomar The Cookie Factory.

En 2010 me llamaron del Shopping Nordelta para ofrecerme fabricar mil galletitas decoradas para San Valentín, a cambio de un canje por un espacio en el centro comercial durante un mes. Aunque no tenía previsto en el Plan de Negocios vender en Shoppings, acepté hacerlo.

DP: ¿Cómo fue la experiencia?

SMK: Muy buena experiencia. Fue la primera vez que The Cookie Factory entraba en contacto con el cliente, dejando de lado las empresas o los que eventualmente se contactaban por Internet. Comercialmente funcionaba muy bien los fines de semana, pero en la semana no tanto. Además, el espacio que teníamos estaba al aire libre, lo que hacía que ciertos días no vaya mucha gente.

A partir de esa experiencia, decidí contactarme con UNICENTER a ver si podía poner un stand allí…

DP: ¡Momento! ¿Llamaste al UNICENTER por tu cuenta para ver si podías montar un local de galletitas? ¿Qué te dijeron?

SMK: Sí, me contacté a través de la página de ellos. Me dieron una cita, les mostré el producto, les comenté mis planes de expansión, y les gustó el concepto. Aunque me dijeron que el único espacio que tenían estaba sobre una fuente. Lo acepté sin dudarlo.

En ese momento, no quería avanzar con los clientes empresariales porque no quería depender de un solo y gran cliente. Prefería ir a un público masivo, aunque selecto.

El shopping me ofrecía afluencia de gente, seguridad y la posibilidad de abrir a toda hora, todos los días del año.

DP: ¿Y cómo fue pasar de vender directo de fábrica a contactos, a montar un local comercial?

SMK: En primer lugar tuve que empezar a adecuar mi proceso de producción. Contratamos más gente, armamos una sociedad (hasta ese momento era una pequeña contribuyente), comenzamos a recibir inspecciones de la municipalidad, tenía que ajustar los flujos de fondos y considerar aspectos impositivos, aportes…

DP: Una verdadera empresa…

SMK: Sí. Y además de todo esto, abrimos el local en noviembre de 2010, justo antes de Navidad que es el momento de mayores ventas. No tenía stock, me estaba organizando, y tenía cada vez más ventas.

DP: Te empezaste a desesperar…

SMK: ¡Lloré muchísimo! Estaba en pleno proceso y no podía dejar de atender las ventas. Por suerte pudimos acomodarnos, hacer experiencia, y en diciembre de 2011 logramos vender el doble que en diciembre de 2010.

DP: ¿Pensaste vender tus productos de forma más masiva en otros canales Premium?

SMK: No lo creo. Asocio al producto con una joya. Quiero darle esa mística: el sabor, el cuidado por los ingredientes nobles, la salud, la elaboración artesanal, la imagen, sonido y perfume del local… todo eso se pierde con la venta en góndolas.

DP: Pensando en desarrollar el modelo actual de ventas, ¿cuáles crees que son los motivos por las que aún hay clientes que no te compran?

SMK: Bueno… hay varios motivos. Primero, nuestro concepto y estética es fuertemente femenino, lo que nos genera dos cuestiones. La primera es que tenemos pocos compradores hombres a los que nos gustaría alcanzar, y para los que estamos trabajando en desarrollar propuestas. La segunda es que existe una cuestión cultural de “estar en forma”, lo que hace que nuestras clientas evalúen comprar los productos. 

Estamos trabajando en el concepto de salud, ya que nuestros productos tienen como premisa no contener más de 10 ingredientes naturales. Trabajamos con avena, azúcar negra, no utilizamos conservantes… y debemos hacer un fuerte hincapié para destacar que nuestras cookies son un alimento saludable, incluso para niños, tanto mejor que muchos productos procesados.

DP: Y a partir de ahora, ¿qué hará The Cookie Factory?

SMK: Lo primero que te quiero decir es que tengo bastante miedo, mucho más que cuando empecé. Hoy ya tengo algo que perder, que es todo lo que generé. Tengo 8 empleados trabajando, muy felices con lo que hacen. Cada decisión que tomo tengo presente que impacta en ocho familias, además de en mí.

Reinvertí mucho para crecer, y es un punto de inflexión.

Tengo propuestas para abrir locales en otros Centros Comerciales, estoy desarrollando el e-commerce a
través del sitio, hay algunas propuestas para franquicias… siempre cuidando el concepto y el negocio.

DP: Imaginemos que podemos viajar en el tiempo, y que tenés la posibilidad de encontrar a la Sofía del 2008. Le podrías dejar un papelito con cinco breves consejos importantes sobre The Cookie Factory. ¿Qué le aconsejarías?

SMK:

1) “Asumí más riesgos, no seas tonta”

2) “No vas dormir, vas a llorar, te va a insumir mucho esfuerzo… pero vale la pena”

3) “El emprendimiento va a ser tu prioridad, y vas a necesitar mucho apoyo. Valorá a todos aquellos que te acompañan: amigos, familia…”

4) “Confiá en tus instintos. Escuchá todos los consejos, pero hacé lo que sientas. Aunque te equivoques, el negocio está sólo en tus manos”

5) “Cualquier acuerdo que hagas de palabra, con quien fuere, dejalo por escrito”

DP: Unas palabras finales que quieras decir…

SMK: Para emprender hay que estar enamorado, y estar dispuesto a perseverar. Eso sí, no hay que enceguecerse y hay que saber hasta cuándo insistir en una postura, para que no nos arrastre al fracaso.

Ser emprendedor es una decisión de vida. Estoy todo el tiempo pensando en cookies y en cómo mejorar y crecer.

Creo que cualquiera puede emprender, aunque esté en relación de dependencia. Uno puede crear una unidad de negocios nueva, una nueva forma de resolver problemas…

Entre líneas…

Cada vez que cierro una nota me pregunto cómo puedo traducir lo compartido con algún concepto general, útil para cualquier emprendedor.

En este caso, me ha sido fácil identificar algunos aspectos.

1. Desarrollar un concepto: no son galletitas las que vende Sofía, es una historia, una cultura y una atención por los detalles. Es un regalo, para uno o para otros.

2. Prueba y ajuste de concepto: uno puede estar enamorado de una idea, pero ¿qué opinan los demás? 

Sofía probó el concepto en las empresas, y cara a cara con el consumidor, en su primer venta en Centros Comerciales.

3. Cuidado del concepto: no dejar en manos de nadie que lo cuide tanto como nosotros. Aunque sea tentadora, la idea de las góndolas requiere otra dinámica: se pierde la mística, el producto requiere alta rotación, seguramente algunos conservantes para poder asegurar el producto por más tiempo, y un movimiento de capital de trabajo que probablemente requiera reemplazar el proceso artesanal por uno más industrializado, perdiendo las ventajas competitivas buscadas.

4. Elegir al cliente: vender mucho a dos o tres empresas también puede sonar interesante, aunque el negocio va a depender del desempeño de unos pocos clientes. Buscar la venta atomizada, aunque es más
costosa, permite diluir este efecto.

5. Animarse: Sofía no dudó en contactarse con UNICENTER, un lugar al que muchos les gustaría llegar y no tienen “el contacto”. Si no existe, se construye, y nada mejor que este caso para demostrarlo.

6. Enfrentar los miedos: en la medida que una persona crece y va teniendo más responsabilidades, se vuelve más temeroso al tomar decisiones. Este sentido de riesgo es el que nos genera una de las mayores barreras para progresar. El miedo es nuestro enemigo y, aunque aparezca para coquetearnos, tenemos que enfrentarlo y superarlo.

7. Pensar en los demás: Sofía no toma decisiones pensando en ella o su negocio. En la charla, me ha manifestado el agradecimiento que tiene hacia su proveedor de cajas, quien la acompañó desde el principio pese a no haberle resultado económico atender a un cliente que le comprara pocas cajas. Hoy Sofía considera a su proveedor como un aliado, y lo valora y respeta como tal. De la misma forma, y con tan solo 26 años de edad, Sofía siente que sobre sus espaldas carga con la suerte de 8 familias, quienes – junto a ella – transmiten su pasión, amor y espíritu a los productos.

8. Superarse: pese a todo, y gracias a todo, muchos emprendedores han logrado con éxito desarrollar grandes empresas. En este caso, The Cookie Factory pudo posicionarse como pionera en un segmento de negocios inexistente, accediendo a canales que cualquier otro podría interpretar como imposibles.

¿Quién habrá sido la primera persona en el árbol genealógico de Maluendez Krause en haber impulsado la cultura de las galletitas horneadas? ¿Qué diría si viera que uno de sus sucesores ha logrado capturar este espíritu y convertirlo en un atractivo negocio?

En un mundo cada vez más frenético, veloz e industrializado… es momento para una pausa, y volver a lo tradicional.

¡Guten Appetit!

* Director de Consultoría y Desarrollo Emprendedor de MATERIABIZ. Especialista en gestión de proyectos, desarrollo de nuevos negocios y dirección estratégica en empresas PYMEs. Profesor de Estrategias y de Innovación en Argentina y Perú.

http://www.materiabiz.com/mbz/historiasemprendedores/nota.vsp?nid=50193&utm_source=envialosimple.com&utm_admin=381&utm_medium=email&utm_campaign=79171

martes, 15 de mayo de 2012

Ejemplo de hombre común: Distinguen a un hombre con vocación de profesor

En este caso traigo del "olvido" una nota (publicada en 2006) de una colega relacionada con un ejemplo de profesor, en la primera lectura tal vez no encontremos nada espectacular en el relato, nada que nos produzca algún sobresalto; y es eso lo que tiene de especial. Es la historia de un hombre que dejó huella en aquellos con los que trató sin querer sobresalir por ello. 

Como punto destacable - y quienes estamos en la docencia entendemos de ello - este relato fue escrito por una colega...

Hasta la próxima!

Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc.
Mayo 2012

Artículo:   "Distinguen a un hombre con vocación de profesor"  

La Pampa

Luis María Fiorini recibió el premio Divino Maestro

SANTA ROSA.- No fue el sólo transcurrir del tiempo. No fue suficiente transitar día a día las galerías del Colegio Domingo Savio. Tampoco enseñar matemáticas a decenas de promociones, y menos aún ocupar la silla de rector. Todo eso no fue suficiente. Hubo algo más. Un intangible y que nada tiene que ver con los cargos en los que desempeñó, que barnizó la carrera docente del profesor Luis María Fiorini. 

Quizá fueron esos valores, de los que sólo pueden dar fé sus miles de alumnos o sus cientos de colegas, los que determinaron que en el valle de su carrera, ya retirado, recibiera hace una semana el premio al Divino Maestro, la más alta distinción que otorga el Consejo Superior de Educación Católica a educadores, que se hayan distinguido por su notable dedicación. 

Ahora bien, ¿qué ha tenido que suceder en la vida de Luis María para ser merecedor de esta distinción nacional? Para llegar hasta aquí ¿cuál fue su valor agregado? 

Profesores de matemáticas hay miles, enamorados de la educación muchísimos, rectores, cada colegio los tiene por estructura, subsecretarios de educación ...todas las provincias tienen uno... Pero lo que distingue al hombre con mayúscula de los demás es su enorme vocación de dar amor en cada gesto, de obrar siempre y en todo con rectitud, de construir la paz en la convivencia cotidiana, de decir y ser la verdad en todo y siempre, de vivir la vida con alegría. 

Más que datos 

Podríamos haber referido su vida: que nació en Buenos Aires, que estudió en Junín, que sus primeros alumnos los conoció en Baigorria, que desde 1969 reside en La Pampa. Que tiene una hermosa familia, que fue rector de Miguel Riglos, del Colegio Domingo Savio de Santa Rosa. Hasta llegó a ser subsecretario de Educación de la provincia. ¿Acaso estos pincelazos son la persona de la que nos sentimos hoy tan orgullosos? No. El Profesor Fiorini es más que estos datos. Ha sido y es aquello que decía Gandhi: "Debemos ser el cambio que queremos ver". 

Ha dejado la impronta del amor en muchas generaciones de alumnos. Martín Etchevers, uno de ellos dijo que "Luis María es alguien que supo conjugar , en inusual equilibrio, la autoridad de la razón, la calidez del corazón y el sentido de la trascendencia espiritual". 

Y también, un legado de amor en muchos docentes que tuvimos el privilegio de encendernos con su chispa, porque para este excepcional maestro la educación es el arte de soplar brasas. Para ese pequeño gran hombre, que miles de mañanas recorrió el colegio con sus característicos pasitos cortos, pero firmes, para el profesor Fiorini, nuestro reconocimento: muchas gracias.La autora es profesora de Literatura y compañera de trabajo de Luis María Fiorini. 

Por Rita Ríos 
Para LA NACION

martes, 8 de mayo de 2012

Se fue otro grande. Hasta siempre Caloi! (08/05/2012)


 Diógenes y el Linyera saludan al recién llegado Clemente

Hoy se ha ido otro grande de nuestra historieta, uno de aquellos que a partir de sus personajes - siendo "Clemente" quizás el de mayor popularidad - nos ha hecho reír a través de generaciones.

Que descanses en paz, el "Negro" Fontanarrosa se habrá puesto contento al verte llegar...

Fernando

sábado, 5 de mayo de 2012

El ejemplo de Gabriel nos muestra que a pesar de todo sí se puede!

Cuántas veces protestamos por la realidad que nos aqueja?
Perdí el colectivo (bus)! No conseguí la prenda de última moda! Fulano/a tiene más que yo!
Y todos lo etc. que cada uno quiera agregar.
A todas estas “contras” que el mundo pone en nuestro camino solemos responder con enojo.
Ahora bien, qué sucede cuando nos encontramos con alguien que sí ha sido afectado por un gran contratiempo y nos hace tambalear toda nuestra cómoda estructura? En general nos sentimos pequeños y tontos al ver de qué nos quejamos…
Aprendamos del ejemplo de Gabriel, quien luego de su “contratiempo” luchó para salir adelante, y no solo para él!
Hasta la próxima!
Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc.
Artículo:
Ser uno más del montón Por una vida plena
Sábado 05 de mayo de 2012 | Publicado en edición impresa
Por Micaela Urdinez | LA NACION
Gabriel
Para los vecinos de Belgrano es una postal común verlo a Gabriel Avruj circulando con su silla de ruedas automática por las veredas del barrio. Su casa y su oficina -ambas ubicadas en edificios totalmente adaptados- quedan a sólo un radio de seis cuadras de distancia, y él va y viene con total libertad. En esos trayectos, es habitual verlo saludar a los porteros, los empleados de los locales y hasta que una señora lo pare para darle un beso.
"Hace 3 años hice una presentación en el CGP para que me hicieran las rampas del recorrido que necesito hacer para moverme en el barrio. Las calles muchas veces están rotas y ni hablar de las veredas. Por suerte las rampas están bien hechas, con buen material y abarcan toda la esquina. La línea punteada es para que las personas ciegas sepan que viene una rampa. La plaza más cercana es a 4 cuadras y no puedo llegar porque las veredas están rotas. Me tiene que acompañar alguien para ayudarme con la silla", sostiene Gabriel, que hace 25 años tuvo un accidente de auto que le cambió la vida, y también su manera de moverse en ella.

Hace 25 años Gabriel Avruj sufrió una lesión medular producto de un accidente de tránsito; a partir de ese momento, empezó a luchar por la accesibilidad en espacios públicos y medios de transporte.. Foto: Mariana Araujo

Es que circular en una ciudad como la de Buenos Aires con tantas barreras arquitectónicas para las personas con movilidad reducida no es tarea sencilla. Según un informe de la ONG Acceso Ya, el 85% de las escuelas son inaccesibles, como así también el 70% de los colectivos, el 93.2 % de los lugares gastronómicos, el 71 % de las sucursales bancarias, el 75 % de los edificios con oficinas y dos de cada 15 oficinas de gobierno.
A partir del accidente, la movilidad de Gabriel se vio totalmente transformada, así como su situación personal y familiar. En ese entonces, el edificio en el que vivía con sus padres no era accesible, y fue así que su padre -un ingeniero civil- comenzó a interesarse por la arquitectura para todos. Creó el Grupo Edificios Sin Barreras, que lleva adelante el asesoramiento y la construcción de edificios sin barreras arquitectónicas -accesibles para todas las personas-, y la concientización de la población en estas temáticas. Fue así que su primera obra fue construir un edificio totalmente accesible en el que Gabriel pudiese moverse con la silla de ruedas libremente: no tiene rampa para entrar, los ascensores tienen botonera al nivel de una persona en silla de ruedas, con botones fáciles de apretar, señalización en braille y con puertas son automáticas.
"Hace 10 años no podía viajar ni en colectivo ni en subte. Ahora hay varias estaciones de subte con ascensor y muchos de los colectivos están adaptados", dice Gabriel, que reconoce que ha habido avances en la accesibilidad en el transporte.
Después de 3 largos años de depresión luego del accidente, gracias al apoyo de su familia, de sus amigos y de su incursión en el camino espiritual, Gabriel empezó a reinsertarse en la sociedad. Retomó sus estudios secundarios y se dispuso a salir adelante. "La vida no es solamente acceder a un lugar y por suerte en la Argentina la gente es muy solidaria. En la secundaria el aula estaba en el primer piso y todos los días cuatro compañeros me cargaban por la escalera con la silla para que pudiera llegar", cuenta con el mismo entusiasmo con el que encaró numerosas campañas de concientización para que más lugares fuesen accesibles, se instalaran rampa o se adecuasen las estaciones de subte y los colectivos.
A partir de allí, Gabriel fue creciendo en ganas de hacer, en proyectos y en su espíritu. Estudió Ciencias Económicas en la Universidad de Belgrano y actualmente dirige la filial local de Humanity´s Team y la ONG Conciencia sin Barreras. "Si bien la universidad es accesible porque tiene un ascensor para las personas que estamos en silla de ruedas, la entrada al ascensor está separada de la entrada principal. Entonces cada vez que yo venía con mis compañeros, me tenía que separar e ir solo al ascensor, y ahí se resentía mi desarrollo social", aclara Gabriel, que hace unos años se mudó a otro edificio accesible en el que además de las comodidades del anterior, tiene un departamento con paredes curvas para facilitar el desplazamiento con la silla pero también para dejar fluir la energía, un baño adaptado y sin pasillos. "Estos son edificios en los que puede vivir cualquier persona. No me hubiera gustado irme a vivir a un edificio para personas con discapacidad porque hubiera sido discriminatorio", aclara Gabriel, mientras sueña con un mundo accesible y pensado para todos. Por eso, su misión actual reside es despertar al mundo a la conciencia de la humanidad. "En esencia somos todos uno. Si entendiésemos eso no generaríamos barreras arquitectónicas porque, en definitiva, el otro soy yo mismo".
COMO COLABORAR
La Usina www.lausina.og

jueves, 3 de mayo de 2012

Tengo una idea: y si no me animo a llevarla a la práctica?

En esta ocasión presento la historia de dos amigas, con formas de ser distintas, que se animaron a que una idea fuera más que eso y la llevaron a la práctica.
 
 
El artículo fue publicado por Andrea Rivas en El Cronista Comercial de Buenos Aires
Hasta la próxima!

Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc
Mayo 2012
Artículo:

"Emprendedores cómo pasar de las palabras al negocio en marcha"

24-04-12 Cada vez que se encontraban, Yamila y Marina hablaban de armar su propia marca de ropa, hasta que decidieron “no morir sin intentarlo".
Por Andrea Rivas, Cronista.com arivas@cronista.com

 “Hacía mucho que pensábamos hacer algo juntas. Era durante esas típicas charlas de mate que después quedan en la nada misma, el típico cri cri cri...”, rememora entre risas Yamila Monti cuando recuerda las primeras veces que junto a su amiga Marina Tejera soñaban con la posibilidad de comenzar un proyecto juntas.
Pese a que pertenecían a dos mundos distintos, Yamila como relacionista pública y Marina como diseñadora, algo más que una amistad las unía y eso era el gusto por la moda.

En diálogo con Cronista.com, Yamila recuerda que después de tantas charlas, de imaginar proyectos y tirar ideas un día decidieron no quedarse con las ganas y con una hoja en blanco y una birome comenzaron a darle forma al proyecto.

 “No quería llegar a los 50 años y decir ‘nunca me animé a hacer lo que quería". Entonces pensé: "Si nos va mal, nos va mal, lo dejaré de anécdota. Si me va bien, vamos a pelearla’”, cuenta.
Desde ese momento Yamila y Marina pasaron a ser algo más que amigas, ahora eran socias y además de mates compartían un proyecto, compartían ideas y también miedos por el no saber cómo iban a hacer lo que querían hacer.

Sin embargo, eso no las detuvo: “Agarramos una hoja y empezamos. Dijimos, bueno... qué nombre, y le pusimos Love&Roll porque nosotras venimos de dos mundos distintos. Una es un poco Love y la otra más Roll. Después seguimos anotando en la lista de cosas qué pensábamos vender, qué prendas íbamos a hacer y definimos que serían unas 50”.
Emprender y aprender

Las ganas estaban, el impulso lo habían tomado. Era momento de aprender sobre la marcha, de poner la teoría con la que contaban en la práctica. Y así hicieron camino al andar. Aprendieron a coser botones con la ayuda de madres y abuelas duchas en el tema. Recorrieron de punta a punta el Once y Flores para encontrar las telas. Aceptaron consejos de empleados de negocios, de amigos y de todos aquellos que sumaran al proyecto. Hicieron de lado a los agoreros y a todo aquel que les sembrara la duda del "¿seguro van a poder?".
Pero en esta historia nada fue tan fácil como soplar y hacer botellas. Hubo que buscar planchadoras, ojaladores y a la vez hacerles entender que ellas no querían lo mismo que todos. Que buscaban hacer algo diferente. “Nosotras teníamos que hacerles comprender nuestra onda súper loca, desfachatada, hippie, distinta”, agrega.

 “Nuestra ropa es para mujeres que quieren estar distintas, no uniformadas, Yo sería el Roll porque amo más los colores oscuros, nada estridente, y Marina sería el Love porque es más naif”, analiza.
Hijas de la era de la tecnología, pensaron en vender sus productos desde la web. Ambas habían tenido experiencias en la atención de locales al público y no se les cruzaba la idea de contar con un punto de venta a la calle.

A la par que pensaban en sacar de la cocina la colección empezaron a diseñar la imagen de su web “porque ese era nuestro local, esa web iba a mostrar lo que éramos. Por eso reparamos mucho en los detalles”.
Con la primera colección en la web, llegaron los contactos de locales multimarcas que realizaron pedidos mayoristas. Eso les permitió llegar a puntos del país impensados. Las redes sociales como Facebook y Twitter también le permitieron hacerse conocidas más rápido de lo que pensaban.

 “Facebook es el boca en boca moderno. Es tan viral que puede terminar viéndote alguien que nunca habías imaginado”, dice Yamila y cuenta como ejemplo que una revista les propuso hacer fotos con sus prendas. La modelo elegida fue la ascendente Luli Fernández.
 “Lo loco es que ella subió la foto a Twitter con nuestra ropa todos empezaron a preguntar de dónde eran las prendas ella respondió y sus 30.000 seguidores se enteraron de nuestra existencia sin haberlo generado nosotras”, cuenta a modo de ejemplo del poder de la tecnología.

Sin embargo, reconocen que todavía al argentino tiene una relación de desconfianza con el e-commerce.
 “Yo sé que la gente se pregunta 'Uh... estas pibas de Love&Roll quién las conoce'. Por eso nos asociamos con Dinero Mail que tienen todo un nombre en compras y nos da el respaldo que necesitamos”, reconoce.
Se va la segunda
Hace solo unos días llegó a la web la segunda colección con el lema ‘Luxury Night’. Y mientras Marina se encarga de hacer la prensa o recibir propuestas como la de vestir a famosas para algunos programas de televisión, Marina ya piensa en el verano que parece hoy tan lejano.

Quieren crecer. Pero no están apuradas. Van a paso firme. No las desvela exportar o abrir locales en los shoppings. Hace solo seis meses de aquella mateada que terminó de dar forma al proyecto. Un proyecto que es mucho más que aquello que imaginaron cuando escribieron ‘Love &Roll’ al tope de una hoja en blanco.