lunes, 19 de noviembre de 2012

La historia de la joven Abogada Nieves Sánchez Montero: En plena actividad a sus 83 años!


A partir de un artículo que publicara en mi espacio contando la historia de una joven graduada de 78 años, Ana Muniesa me hizo partícipe de otra gran historia, el caso de Nieves Sánchez Montero,  quien se recibió de abogada en España a los 61 años de edad y hoy con jóvenes 83, sigue en actividad.

Como cuando decidimos permanecer activos pese a las inclemencias de la vida y el paso del tiempo el transcurso de nuestro existir se vuelve más vivaz.

Vale la pena leerla!  

Hasta la próxima!

Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc.
Noviembre 2012

Artículo:

La historia de Nieves Sánchez Montero A los 61 años pude por fin ser abogada"


                                                            Dra. Nieves Sánchez Montero

Septiembre 2011

A punto de cumplir 83 años, Nieves Sánchez Montero sigue ejerciendo como abogado y tiene para rato. Se matriculó en Derecho en la UNED en 1980, cuando tenía 51 años porque antes no pudo estudiar y recuerda los años de estudiante como “los más felices porque gracias a la Universidad a Distancia pude al fin hacer realidad aquella vocación que tuve en mi juventud y no pude conseguir entonces”.

Pero Nieves no sólo es la abogada ejerciente con más edad del colectivo de Abogados, cómo certifica el Colegio de Abogados de Las Palmas, también es la primera mujer piloto de avión de Canarias, la primera en participar en un rally de montaña y de las primeras en cursar la carrera de Derecho en la UNED, vamos una mujer luchadora que ha conseguido todo lo que se proponía y eso que tenía casi todo en contra.

Hoy, Nieves nos cuenta su experiencia vital en esta carta titulada “Mis vivencias en la UNED”.

"Mis vivencias en la UNED" por Nieves Sánchez Montero

Nací en la calle de Triana en Las Palmas de Gran Canaria en el año 1928. Fui la menor y única niña de la familia, por lo que, como era natural en aquellos tiempos, fui educada con mimo y esmero para ser de mayor una buena ama de casa.

Tenía una curiosidad insaciable por conocer todo aquello que me atraía pero me veía con el handicap de que mis padres me sobreprotegían, comparada a la vida más libre que llevaban mis hermanos mayores con bastante diferencia edad conmigo. Mis progenitores casi nunca salían de casa; mi madre dedicada por completo al hogar y mi padre al comercio, así que yo no salía mucho.

A medida que pasaba el tiempo y me iba haciendo mayor, más crecían mis deseos por estudiar y conocer mundo y un día les dije a mis padres que quería estudiar Derecho. Al estar la Facultad en Tenerife, significaba estar sola en La Laguna y como no querían que me separase de ellos pues no se realizó mi deseo.

Entonces y como me gustaban los idiomas y la música, aprendí inglés y terminé la carrera de piano en el año 1953. Contraje matrimonio en el mismo año con Paco Vila, con quién conviví 57 años de mi vida y tuve dos hijos.

Fue la persona que me comprendido, me dio alas y me facilitó el que yo pudiera lograr todo lo que yo había soñado hacer desde mi niñez, lo que en aquella época era bastante inusual en un marido.

Me enseño a conducir y recuerdo que para que me dieran el permiso de circulación del coche él tuvo que firmar porque en el año 1956 era necesaria la autorización del marido … También aprendí a nadar; a hacer submarinismo, descubriendo las bellezas del fondo marino y aficionándome a todo lo relacionado con el mar: disfruté con el ski acuático; me interesó aprender a navegar y saqué el título de Patrón de Yate; sentí pasión por la velocidad y participé en los años 60 en tres competiciones automovilísticas y en un Railly, como mujer pionera en carreras de velocidad; disfruté de las carreras de motonáutica; busqué los maravillosos rincones que tiene la isla y los mostré en un concurso fotográfico. Poco a poco iba realizando las cosas que me gustaban y me sentía contenta.

Un día me fascinó la idea de volar. Entonces hice el curso de Piloto en el Real Aeroclub de Gran
Canaria y cuando sumé ocho horas de aprendizaje el profesor me dio la “suelta” y me convertí en la primera mujer canaria que ha volado sola.

De ese día tengo la anécdota de haber avisado a la Base Aérea para que salieran a salvar a unos hombres que se encontraban en el agua a punto de ahogarse junto a su pesquero que se hundía rápidamente en la Baja de Gando. Los divisé justo cuando iniciaba la maniobra de aterrizaje y felizmente todos salvaron su vida.

Pasaba el tiempo y aunque yo seguía dedicada al hogar, a mis hijos y también a toda esa actividad deportiva con la que tanto disfrutaba, sentía algo pendiente en mi vida por realizar. Me faltaba algo y ese algo era estudiar Derecho.

Un día vino a verme una buena amiga y me encontró inquieta y de regular humor. Le conté que yo había creado una familia, que había conseguido aprender muchas cosas pero me faltaba lo que desde jovencilla fue mi vocación y no pude conseguir: ser abogada.

Entonces me dijo que en la UNED, podría estudiar en la Universidad aunque no tuviera el Bachiller, con el Curso de Acceso para mayores de 25 años. Me dio un vuelco el corazón y me matriculé, aprobé y empecé a estudiar Derecho; transcurría el año 1979 y tenía 51 años.

A cuenta de ello recuerdo la graciosa anécdota que me ocurrió días después de enviar mi solicitud de ingreso.

Resulta que me llamaron de la UNED de Madrid. Pensaban que el año 1928 que figuraba como fecha de mi nacimiento era un error… Tuve que insistirle mucho a aquel joven para que me creyera que ese año era el correcto…

Me sentí una persona muy afortunada estudiando en la UNED y fue una experiencia maravillosa convivir con alumnos muchos más jóvenes que yo y que hacían sentirme en el aula como una compañera más del grupo. 

Había conseguido lo que desde niña siempre me atrajo y viví una época muy feliz durante aquellos años.

Igualmente encontré tutores con un alto grado de conocimientos como docentes; eran Magistrados, abogados, etc., que orientaban y ayudaban en las asignaturas.

Por fin el 16 de mayo de 1989 juré como abogada en el Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas. Hoy, con 82 años llevo 22 años ejerciendo felizmente y con la misma ilusión del primer día, sintiéndome además muy orgullosa de ser en la actualidad la abogada ejerciente con más edad de este Colegio.

No pude estudiar Derecho cuando fui joven pero hoy quiero decirle emocionada a mi querida UNED, que gracias a ella logré hacer realidad mi vocación, agradeciendo también el apoyo y ánimo que siempre tuve de mi marido y de mis hijos y deseándole a la Universidad a Distancia muchos éxitos y que siga presente en nuestra sociedad por muchos años y para bien y esperanza de las futuras generaciones.

Un reportaje de Sonia Cubillo y Alicia Bardón

domingo, 18 de noviembre de 2012

Carta abierta desde el sentimiento a un grande: Miliki




Recuerdo hace ya muchos años cuando irrumpieron en la televisión argentina Gabi (Gabriel), Fofo (Alfonso) y Miliki (Emilio), tres hermanos – los Aragón Bermúdez, tres PAYASOS (así con mayúsculas). Nos hacían reír y nos deleitaban con un humor sano y contagioso

Por esas raras razones de la vida, hoy Miliki decidió dejarnos su última sonrisa antes de partir a sus jóvenes 83 años…

Fue una gran persona, amable y abierto para con los demás, en especial con su público niño  

A Usted, don Miliki, un gran recuerdo y mi agradecimiento desde mi alma de niño… Descanse en paz

Con afecto

Fernando

18 de Noviembre del 2012

jueves, 8 de noviembre de 2012

Aprendiendo sobre los errores que cometen los emprendedores a partir de las enseñanzas de Diego Pasjalidis


En esta ocasión presento un interesante escrito de Diego Pasjalidis del pasado mes de abril de este año y que fuera publicado en el sitio de MateriaBiz, en el nos muestra con gran claridad los errores que suelen cometer los emprendedores y que pueden producir su fracaso como tales.

Es interesante leerlo y aprender de los que nos dice Diego

Hasta la próxima!

Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc
Noviembre 2012

Artículo:

Las 10 claves del fracaso emprendedor
Por Diego Pasjalidis*

Cansados de la relación de dependencia o simplemente buscando desarrollar un camino de crecimiento diferente, cada vez más personas se están volcando al desarrollo de emprendimientos. Pero así como la tasa de creación de emprendimientos crece, también aumenta la de mortalidad. Para evitar la desmotivación emprendedora es bueno tener en cuenta cuáles son los principales aspectos causales de fracaso.

Las cifras de creación y cierre de empresas en la Argentina arrojan guarismos llamativos: cada año, alrededor del 20% de los argentinos económicamente activos crea una empresa, pero 4 de cada 10 proyectos fracasan en su primer año de vida. De los 6 que sobreviven, otros 5 quedan en el camino en los siguientes 9 años.

Cuando me preguntan cuáles son los principales problemas o errores por los que fracasan los emprendedores, empiezo a responder con preguntas: ¿Qué edad tiene el emprendedor? ¿Dónde vive? ¿Es hombre o mujer? ¿En qué industria se encuentra? ¿En qué etapa de madurez está el negocio?

Aunque existen muchos elementos a considerar, a lo largo de más de 500 planes de negocios analizados, un sinnúmero de emprendedores capacitados, asesorados y entrevistados, he logrado resumir los 10 pilares fundamentales del fracaso emprendedor.

Independientemente del orden, y de la ponderación que cada aspecto tendrá en cada situación particular, estos problemas son las más recurrentes causas de tropiezos que he encontrado y deseo compartir.

1.¿Existe pasión?

El camino emprendedor está lleno de trabas, desilusiones y problemas. El emprendedor debe tener un temple de acero y, para poder soportar todos los altibajos, fundamentalmente debe tener pasión por lo que hace. Emprender es como escalar el Everest: sólo llegan los movidos por la pasión, los que enfrentan sus miedos, y no los movidos sólo por ambición.

2.¿Tener pasión, es suficiente?

Rotundamente no. La pasión es necesaria pero no suficiente: se requiere de conocimiento específico en materia de negocios. Nadie duda de que el emprendedor conoce sobre el producto o servicio en profundidad, pero para hacer negocios es necesario desarrollar habilidades diferentes. Por ejemplo, existen modelos que permiten optimizar (tiempos, costos) la distribución de productos. Otros que permiten calcular el nivel de precios más adecuado de acuerdo a diferentes enfoques. También existen aquellos que nos pueden indicar hasta dónde podemos crecer sin resentir nuestra estructura financiera. Estos conocimientos y habilidades pueden ser adquiridos mediante capacitación, con la inclusión de un socio con experiencia o con asistencia externa.

3.¿Es negocio?

Muchas veces, el enamoramiento del emprendedor hacia su producto o servicio es tan grande que desatiende lo inherente al negocio. Me refiero a que una buena idea, un buen producto o un buen servicio no necesariamente implican un buen negocio. Muestra de esto es que el 90% de los emprendedores no sabe cómo medir la rentabilidad, por lo que van a ciegas tomando decisiones inadecuadas a lo largo del proceso.

4.¿Es sostenible?

El emprendimiento es como un hijo, y no hay nadie más bonito que el propio hijo. Pero lo cierto es que, al salir al mercado, deberá competir directa o indirectamente con una serie de alternativas. Y no sólo eso: pueden aparecer nuevos competidores que copien o mejoren la idea. Es necesario que el emprendedor construya ventajas competitivas sostenibles e innove, ya que la inversión y los gastos son seguros, pero los ingresos no.

5.¿Quién es el cliente?

 “Todos” es una respuesta que escucho con frecuencia. Pero lanzar un negocio para todos, es como lanzar un negocio para nadie. No es lo mismo una persona joven que una adulta, un hombre que una mujer, un profesional que un ama de casa… Cada grupo de consumidor elige con criterios diferentes, tiene necesidades distintas, va a comprar en distintos canales, etc. Focalizarse en un segmento o nicho de mercado permite ajustar el concepto para el cliente objetivo más conveniente.

6.¿Cómo, cuándo y cuánto crecer?

Todos aspiran a crecer y vender cada vez más. Parece algo natural. Pero muchos emprendimientos mueren justamente en la etapa de crecimiento, ya que no consideran el impacto del capital de trabajo: para cobrar primero hay que vender, y antes de ello hay que producir, almacenar, pagar las compras… eso es dinero que está circulando dentro de la empresa. Es el equivalente a la sangre en el cuerpo humano: si crecemos de golpe y no tenemos la sangre necesaria dentro del organismo, colapsaremos.

7.¿Hay un modelo o un plan de negocios?

Un modelo o plan de negocios es como simular el desempeño del emprendimiento en un papel, antes de lanzarlo al mercado. Nos permite evaluar todos los elementos necesarios y suficientes para equivocarnos lo menos posible. El problema es que muchos emprendedores ni siquiera han hecho el más básico de los análisis antes de abrir un negocio, lo que explica la alta tasa de nacimiento y muerte de los emprendimientos.

8.¿Hay riesgos?

Aunque es parte de un buen plan de negocios, no es común encontrar los puntos débiles o riesgos en él. 

Todo proyecto tiene riesgos, y no hay nada mejor que considerarlos como parte del análisis para dar una adecuada respuesta, por ejemplo, elaborando un plan de contingencias. Pocos emprendedores creen que su proyecto es endeble, y lo defienden con gran pasión y convicción. Una pregunta que les hago siempre es “¿estaría dispuesto a vender su auto o casa, e invertirlo en el proyecto?”. A los pocos que se animan a responder “sí” les digo: “Bien, una vez que lo haga, vuelva y vemos”. Ahí medimos si hay realmente riesgos o no.

9.¿Cómo financiarse?

Todo es muy lindo, pero muchos emprendedores van con su “gran negocio” golpeando puertas en busca de financiación. Una vez superadas las primeras fuentes de dinero (propia, familiares, amigos), deben analizar si agregan capital societario o si toman deuda. Sin saber medir la rentabilidad y sin contar con un adecuado flujo de fondos, será muy difícil acceder a financiación conveniente. “Endeudarse no es bueno” parece ser una premisa de muchos, aunque es falsa, ya que puede apalancarse el negocio con un préstamo adecuado.

10.¿Qué necesita?

Abra su cabeza, sincérese y haga un listado de lo que le está faltando. Busque apoyo, ya que sus amigos y su familia aplaudirán su proyecto, incluso siendo malo. No saben más que Ud. del negocio y para colmo – como lo aprecian – no querrán desalentarlo. Capacítese, asesórese, y busque personas con probada trayectoria. Recuerde que su negocio es suyo, y nadie lo defenderá tanto como Ud.

Estos puntos son comunes a todos los emprendedores, independientemente del rubro, edad, ciudad… Y, aunque no es malo fracasar si es que de ello se aprende, la idea no es tropezar con las piedras que uno pudo haber evitado. Si cada uno que avanza en el camino emprendedor va apartando algunas piedras del camino, los que nos siguen sólo se preocuparán por las nuevas que vayan apareciendo: esto es progreso, y en esto es en lo que nos enfocamos apasionadamente desde la Escuela de Negocios MATERIABIZ “poner el conocimiento al alcance de todos”.

* Director de Consultoría y Desarrollo Emprendedor de MATERIABIZ. Especialista en gestión de proyectos, desarrollo de nuevos negocios y dirección estratégica en empresas PYMEs. Profesor de Estrategias y de Innovación en Argentina y Perú


lunes, 5 de noviembre de 2012

Cuando la edad no es una excusa para alcanzar lo que se quiere: Olga Bornas finaliza sus estudios a los 78 años!


Cuando la voluntad es grande y se quiere se puede, sino baste prestar atención al ejemplo de Olga quien a sus jóvenes 78 años concluyó sus estudios secundarios y tiene planes para seguir adelante
El artículo fue escrito por Giannina Nigro para el suplemento San Isidro del diario Clarín de Argentina
Vale la pena prestar atención a este ejemplo!
Hasta la próxima

Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc
Noviembre 2012

Artículo:
“A los 78 terminó el secundario y va a recibir su diploma”


Olga Bornas vive en Beccar y cursó durante los últimos tres años en la CENS 456, donde su nieto Martín fue su profesor. Dice que Matemática fue la materia más difícil y que ama Biología y Literatura.
Con una gran fuerza de voluntad, energía y sobre todo mucha pasión, Olga Bornas logró, luego de tres años de estudio, terminar la secundaria, y a los 78 luce orgullosa su título de bachiller. La vecina de Beccar retomó a los estudios en 2009, y asegura que “era algo pendiente”.
Olga llegó al Partido en 1953, en el mismo año en que se casó con Luis Rodríguez Santa Cruz (85), su marido y padre de su única hija, Marta. “Después de casarnos vinimos a vivir acá para estar cerca del Club Regatas La Marina, donde practicábamos remo todos los fines de semana, y desde ese momento no nos movimos de Beccar, siempre en la misma casa”, cuenta.
Dedicándose a su hogar y su familia, el tiempo pasaba y nunca se detuvo a pensar en terminar el colegio, el que había dejado tras finalizar la primaria. “En su momento finalicé los estudios primarios y empecé a perfeccionarme en dactilografía para poder trabajar. Era muy común, y en mi casa necesitábamos la plata, así que seguí trabajando y nunca retomé”, recuerda la vecina.
Pero años después, sin siquiera proponérselo, la vida misma terminó llevando su camino nuevamente hacia la escuela, como si la obligara a cerrar aquella etapa pendiente. En este camino fue fundamental el apoyo e incentivo de Martín Koval (29), uno de sus dos nietos, quien además enseña Lengua y Literatura, y fue su profesor. “En 2007, cuando mi hija se fue a vivir a España, realmente sentía que tenía que hacer algo, la extrañaba mucho, y Martín me insistió para que estudiara. Había hecho cursos de Literatura porque me gusta mucho, pero recién en 2009 me decidí para anotarme en la CENS 456, la escuela en donde él estaba dando clases y que a la noche funciona para adultos”, relata Olga entusiasmada.
En el transcurso de tres años entonces, esta enérgica vecina logró terminar la secundaria con todas las dificultades que ello implica. “La materia que más me costó fue Matemática. Es algo que arrastro de toda la vida, pero por suerte tuve una profesora divina y me terminó hasta gustando. Después Literatura y Biología fueron siempre mis favoritas”, asegura.
Según sostiene Olga, el hecho de estudiar a su edad tiene otras ventajas: “La verdad es que me llevo un recuerdo hermoso de mis compañeros, profesores y preceptores, todos una maravilla. Además es una satisfacción enorme, realmente no lo podía creer cuando me dijeron que había terminado, tuve que preguntar varias veces si faltaba alguna materia”, expresa entre risas y agrega: “Me encantaría poder servir de ejemplo para más personas que estén en una situación similar”.
Con toda su vitalidad, la emprendedora vecina que recibirá su diploma en diciembre, se hace tiempo para todo. Disfruta de cocinar para su familia y sus nietos, Santiago y Martín, leer y escribir poemas, de manejar la computadora, la que aprovecha al máximo para contactarse con su hija, y de asistir una vez por semana al “Taller de la Memoria”, que se dicta en el Centro Cívico Beccar.
“A partir del año que viene mi idea es retomar los cursos de Literatura, también en el Centro Cívico. Es algo que me encanta y no quiero quedarme sin hacer nada, me di cuenta de que necesito estar en actividad”, concluye entusiasmada