viernes, 24 de abril de 2009

Tarjeta de crédito: Ángel o demonio?

Cuántas alabanzas se han hecho en tu nombre! Y… cuántas compras haz generado!

El salvador plástico está en la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, muchas veces actúa como fiel salvador de la situación pero en muchas otras es nuestro peor enemigo.

Mucha gente consume pagando con el plástico como si luego esa operación se diluyera en el éter.
Solo la cruel realidad nos avisa a fin de mes con la llegada del bendito resumen si nos hemos excedido más de la cuenta.

Por otro lado preferimos comprar pagando con tarjeta en cuotas, sin interés; sin analizar que si al momento de pagar el resumen mensual lo abonamos de manera parcial los intereses que se pagan sobre el saldo son los suficientemente altos como para que el beneficio obtenido en un principio se diluya, o lo que es peor - termine en un valor negativo

Es cuestión de tenerlo presente la próxima vez que esgrimamos nuestro plástico salvador: Se convertirá en ángel o en demonio?

Hasta la próxima!

Prof. Lic. Fernando Julio Silva
ABRIL 2009

La irracionalidad en el consumo

Voy a comprar un par de cosas al súper y vuelvo”. Quién no escucho o dijo algo similar alguna vez?

Generalmente lo que finalmente ocurre es que uno vuelve con varias bolsas llenas de cosas que - realmente necesitaba? - no esperaba comprar.

Al preguntar o preguntarse el por qué de esta situación, la respuesta por lo general es ambigua: "Estaba de oferta". "Lo vi y me sedujo". "Hace tiempo que lo buscaba". "Es para hacer lo que tengo planeado hace tiempo".

Estas y mil versiones más servirán de buen escudo protector ante preguntas amenazadoras de nuestra decisión (ya sean de nuestra conciencia o de terceros)

Comprar es algo inherente al ser humano, consumir seduce, da poder, brinda posición social (status)

Cuántas veces el hombre (genérico, mujeres incluidas!) paga hasta lo que no tiene con el fin de obtener un producto que - quizás - luego termine arrumbado en un rincón del garage sin uso alguno.

Volviendo al título, la irracionalidad en el consumo nos acompaña todos y cada uno de nuestros días, nos aconseja (no hay vendedor que pueda convencernos mejor que ella de la necesidad imperiosa de tener un producto!) y termina mostrándonos el camino a seguir…

A propósito, los dejo. Tengo que ir a comprar un par de cosas al súper!

Hasta la próxima!

Prof. Lic. Fernando Julio Silva
ABRIL 2009