Cada tanto las noticias
nos sorprenden gratamente, este es el caso de Matías Viacaba y su esfuerzo para
vencer los escollos que la vida le ha planteado.
Como siempre, su
familia y entorno han sido de gran ayuda para él
Según nos cuenta el
artículo escrito por Belén Fernández para Ámbito Financiero de Argentina, “Mati” es un joven que se ha convertido
en un gran ejemplo para sus compañeros de rugby en el Club Universitario de
Buenos Aires (C.U.B.A.).
Vale
la pena tenerlo presente cuando pensemos que el mundo se nos viene abajo!
Hasta la próxima!
Prof. Lic. Fernando
Julio Silva, MSc.
Octubre 2012
Artículo:
Mati
la historia de un ejemplo de integración
Tiene síndrome de Down,
pero desde hace cinco años juega al rugby en CUBA a la par de sus compañeros
Por: Belén Fernández
Matías
Viacaba tiene 18 años y juega al rugby en la categoría M 15 de CUBA.
Matías Viacaba juega al rugby hace cinco años
en el Club Universitario de Buenos Aires, CUBA. Cada vez que entra a la cancha
sus compañeros lo reciben con aplausos y las tribunas locales y visitantes se
unen en un mismo grito de aliento. Su carisma conquista a todos. «Mati», como
lo llaman en el club, tiene síndrome de Down y aprendió a luchar contra sus
dificultades. «Él creció porque creyeron en él», sintetiza su fan número uno,
Mausi Nicholson, su madre.
Matías tiene 18 años,
juega en la posición de pilar y es el mayor de tres hermanos, Santiago, de 17,
jugador del mismo deporte, y Gonzalo, de 13, que también tiene síndrome de Down
y, al igual que sus hermanos, es un apasionado de la ovalada.
Al nombrar a «Mati», no
hay nadie en CUBA que no deje entrever una sonrisa. Es que este pequeño «gran»
deportista «nos voló la cabeza a todos, cambió los valores del grupo en una
edad tan difícil como los 15 años», cuenta su entrenador de la categoría M 15,
Marcos Ortiz de Rosas.
«Mati» hizo su primaria
en el colegio de Los Santos Padres de Bella Vista, para luego seguir con sus
estudios en un instituto especial. Este joven, que revolucionó a CUBA y al
mundo del rugby, está de novio con Martina, una chica también con síndrome de
Down. Ella lo acompaña a sus reuniones y a las fiestas del club, de las cuales
no se pierden ninguna.
Viaja dos veces por
semana en micro desde Villa de Mayo hasta el barrio porteño de Núñez para
entrenar al igual que todos sus compañeros. Pero todo su esfuerzo vale la pena
cuando los fines de semana sale al campo de juego a hacer lo que más le gusta:
jugar al rugby, siempre acompañado de su familia que lo alienta más allá del
resultado.
Y éste no fue un año
más para Matías, es que pasó de la división infantil a la juvenil, un verdadero
desafío.
«Él tiene una gran capacidad de coordinación por eso se pudo adaptar,
al igual que sus compañeros juega en la división de juveniles y hasta participa
de las giras», contó el coordinador de esa categoría del club Guillermo
Sanguinetti.
Su madre explicó que el
año pasado participó de su primera gira de rugby con sede en Montevideo, lejos de extrañar a su
familia disfrutó de cada minuto junto a sus amigos.
Pero no sólo creció en
el deporte sino que sus logros y avances fueron notorios en todos los ámbitos
de su vida. «Comprende todo lo que se dice, pero le cuesta comunicarse, hoy
habla mucho más fluido y hasta logró romper con su timidez», cuenta lleno de
orgullo Marcos, su entrenador.
«Cualquier chico en
quien se confía crece, y es eso lo que pasó con Mati. Por eso mi eterno
agradecimiento a sus amigos y sus entrenadores. Mati los conquistó a todos por
su personalidad y por su carisma», dice con la voz repleta de alegría su madre.
Y es tal el reconocimiento
a su esfuerzo, y al grupo que hace cinco años lo viene acompañando, que su
rival Champagnat le envió una carta al presidente de CUBA, Marcelo Perry, para
destacar el trabajo admirable que había desarrollado con este joven
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