lunes, 8 de octubre de 2012

La calma chicha en la espera laboral


             


Los amantes de la navegación a vela conocen el término que define una situación de ausencia de viento que permita que la embarcación se desplace por el agua.

Nada puede hacerse en ese tiempo sino esperar a que la situación cambie y podamos movernos nuevamente. El tiempo puede ser corto o largo, no lo sabemos.

Quiero utilizar esta imagen como indicador de qué nos sucede cuando estamos en una situación de espera de un llamado a partir de una entrevista ya mantenida o cuando hemos enviado nuestro CV y todavía no nos han contactado, y tampoco hay certeza de que ello ocurra.

Transcurrimos ese tiempo como quien se encuentra en un velero a la espera de que la situación cambie, por más que tratamos de distraernos con otras actividades no está en nuestras manos el poder acelerar los tiempos.

Durante este período nos plantearemos si hemos hecho lo correcto, si habremos dado lo mejor en nuestra presentación, si somos “buenos en lo nuestro”, si tal vez ya no somos “demasiado viejos” para el mercado actual, qué sucederá si el llamado no se produce, etc., etc. Nos puede asaltar la angustia, nos sentimos abatidos, desganados.

También puede suceder, al igual que con el viento, que la realidad soplé hacia otro lado y nos lleve a un puerto que no era el originalmente buscado, y a lo mejor este destino no planeado es el mejor.

Para concluir, ante esta situación de tensa calma, lo mejor es tratar de estar preparado para lo que venga, aún desconociendo qué puede ser aquello que nos espera ya que si el viento regresa de repente y lo hace con fuerza será mejor estar bien firme para poder seguir la corriente sin sobresaltos.

Hasta la próxima!

Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc
Octubre 2012

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