Cuando la
voluntad es grande y se quiere se puede, sino baste prestar atención al ejemplo
de Olga quien a sus jóvenes 78 años concluyó sus estudios secundarios y tiene
planes para seguir adelante
El artículo
fue escrito por Giannina Nigro para el suplemento San Isidro del diario Clarín de Argentina
Vale la pena
prestar atención a este ejemplo!
Hasta la
próxima
Prof. Lic.
Fernando Julio Silva, MSc
Noviembre
2012
Artículo:
“A los 78 terminó el secundario y va
a recibir su diploma”
Olga Bornas
vive en Beccar y cursó durante los últimos tres años en la CENS 456, donde su
nieto Martín fue su profesor. Dice que Matemática fue la materia más difícil y
que ama Biología y Literatura.
Por GIANNINA NIGRO
Con una gran
fuerza de voluntad, energía y sobre todo mucha pasión, Olga Bornas logró, luego
de tres años de estudio, terminar la secundaria, y a los 78 luce orgullosa su título
de bachiller. La vecina de Beccar retomó a los estudios en 2009, y asegura que
“era algo pendiente”.
Olga llegó
al Partido en 1953, en el mismo año en que se casó con Luis Rodríguez Santa
Cruz (85), su marido y padre de su única hija, Marta. “Después de casarnos
vinimos a vivir acá para estar cerca del Club Regatas La Marina, donde
practicábamos remo todos los fines de semana, y desde ese momento no nos
movimos de Beccar, siempre en la misma casa”, cuenta.
Dedicándose
a su hogar y su familia, el tiempo pasaba y nunca se detuvo a pensar en
terminar el colegio, el que había dejado tras finalizar la primaria. “En su
momento finalicé los estudios primarios y empecé a perfeccionarme en
dactilografía para poder trabajar. Era muy común, y en mi casa necesitábamos la
plata, así que seguí trabajando y nunca retomé”, recuerda la vecina.
Pero años
después, sin siquiera proponérselo, la vida misma terminó llevando su camino
nuevamente hacia la escuela, como si la obligara a cerrar aquella etapa
pendiente. En este camino fue fundamental el apoyo e incentivo de Martín Koval
(29), uno de sus dos nietos, quien además enseña Lengua y Literatura, y fue su
profesor. “En 2007, cuando mi hija se fue a vivir a España, realmente sentía
que tenía que hacer algo, la extrañaba mucho, y Martín me insistió para que
estudiara. Había hecho cursos de Literatura porque me gusta mucho, pero recién
en 2009 me decidí para anotarme en la CENS 456, la escuela en donde él estaba
dando clases y que a la noche funciona para adultos”, relata Olga entusiasmada.
En el
transcurso de tres años entonces, esta enérgica vecina logró terminar la
secundaria con todas las dificultades que ello implica. “La materia que más me
costó fue Matemática. Es algo que arrastro de toda la vida, pero por suerte
tuve una profesora divina y me terminó hasta gustando. Después Literatura y
Biología fueron siempre mis favoritas”, asegura.
Según
sostiene Olga, el hecho de estudiar a su edad tiene otras ventajas: “La verdad
es que me llevo un recuerdo hermoso de mis compañeros, profesores y
preceptores, todos una maravilla. Además es una satisfacción enorme, realmente
no lo podía creer cuando me dijeron que había terminado, tuve que preguntar
varias veces si faltaba alguna materia”, expresa entre risas y agrega: “Me
encantaría poder servir de ejemplo para más personas que estén en una situación
similar”.
Con toda su
vitalidad, la emprendedora vecina que recibirá su diploma en diciembre, se hace
tiempo para todo. Disfruta de cocinar para su familia y sus nietos, Santiago y
Martín, leer y escribir poemas, de manejar la computadora, la que aprovecha al
máximo para contactarse con su hija, y de asistir una vez por semana al “Taller
de la Memoria”, que se dicta en el Centro Cívico Beccar.
“A partir
del año que viene mi idea es retomar los cursos de Literatura, también en el
Centro Cívico. Es algo que me
encanta y no quiero quedarme sin hacer nada, me di cuenta de que necesito estar
en actividad”, concluye entusiasmada
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