Qué sucede cuando nos “invitan” a dejar una empresa luego de
haber trabajado en ella durante una gran cantidad de años?
Las respuestas
probables son dos:
1.- Una gran depresión
producida por la crisis
2.- Una gran
oportunidad producida por la crisis
Este último caso fue el
que vivió Esteban Gandulfo, quien luego de pasar por esa experiencia – sumada a
un gran pozo en el que se encontraba sumido el País – logró salir adelante.
El artículo fue escrito
por Fernando Massa para el diario La Nación de Argentina y vale la pena leerlo
Hasta la próxima!
Prof. Lic. Fernando
Julio Silva, MSc
Octubre 2012
Artículo:
“Cuando
el retiro forzado se vuelve una oportunidad” Por Fernando Massa
Esteban Gandulfo, disfrutando de su
vida en Lago Puelo, Chubut. Foto: LA NACION / Alfredo Leiva
Un trago amargo con
buen resultado. Así ve hoy Esteban Gandulfo aquel día cuando a los 55 años,
después de haber pasado unos 25 en la empresa, lo dejaron afuera. El horizonte,
en ese momento, se mostraba con diez años de trabajo efectivo por delante para
poder jubilarse y la única certeza de no querer vivir más en Buenos Aires.
Fue un año el que pasó
en la ciudad como "flotando" hasta que llegó el clic. "Ocurrió
en la época del corralito -cuenta-, de los martillazos en el frente de los
bancos, con un clima muy triste en Buenos Aires. Coincidió con un viaje a la
Patagonia en el que decidimos con mi señora poner una casita para hacer bed
and breakfast allá en el Sur."
Y recorriendo muchas
propiedades dieron con una en Chubut, en el Lago Puelo. Cuatro hectáreas en el
paraje Golondrinas plagadas de murra y mosqueta, prácticamente impenetrables.
Pero donde luego de una limpieza, descubrieron un bosque nativo y coihues de
300 años. Y si bien la crisis perjudicó el valor de venta de la casa, favoreció
la compra de ese terreno donde hoy, casi diez años después, se encuentra la
hostería y cabañas Frontera, que ellos levantaron.
"Los temores que
uno tenía de vivir aislado desaparecieron -cuenta Esteban-. Uno gana en
tranquilidad, en seguridad, en contacto con la naturaleza. Percibe el ritmo de
las estaciones: el amarillo del otoño, la nieve en el invierno, el calor
intenso del verano. Un contraste con la monotonía de la ciudad."
Los ingresos de la vida
empresarial ayudaron para concretar el cambio de rumbo. Y sí, esos ingresos no
volvieron a ser los de antes. Pero ganaron en calidad de vida: ausencia de
estrés y más contacto con el arte, especialmente con una de sus pasiones, la
escritura.
Hoy cree que si no le
daban aquel empujón no hubiera hecho el cambio. Y está agradecido. "Cuando
uno pasa 25 años en una empresa -escribe en un párrafo de su libro Hotel
de inmigrantes-, la percibe como un macro universo. Sin embargo, no es más
que un mundo pequeñito, en él sólo hay producto, ventas, cobros, intrigas de
pasillo, sueldos, beneficios y temores. La verdad es que el cosmos está fuera
de la empresa."
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