Tomo
este buen ejemplo de que querer es poder que ha publicado Silvia Stang en el
diario La Nación de Buenos Aires Argentina para compartirlo con todos ustedes.
Espero disfruten del mismo.
Hasta la próxima!
Prof. Lic. Fernando Julio Silva
Julio 2017
De ciruja a emprendedor
y motivador
Por Silvia Stang LA NACION 19/07/2017
"¿No entendés que no podés estar acá?", cuenta que
le preguntó, con mirada desafiante, el subdirector del Hospital Neonatal de
Córdoba. Néstor asintió, pero, antes de irse, la necesidad lo llevó a
defenderse: "Yo entiendo, pero quizá hasta que usted me mande a echar, yo
llego a vender algo y con eso tengo para darles de comer a mis hijas".
Hace una década y media, tras varios rebusques para conseguir ingresos para su
familia, Néstor Dias empezó con su compañera, "la colorada", a hacer
ropa para recién nacidos a partir de retazos que descartaba una fábrica textil.
En esos años, el atardecer de cada día encontraba al
emprendedor en la calle, revolviendo en el interior de las bolsas para separar
lo que podía servir de insumo. Hoy dice que esa actividad lo convirtió en un
ciruja, que sentía vergüenza y que se hacía mil preguntas durante las largas
caminatas que le requería su tarea. Al llegar a casa, la misión era aplicar una
geometría minuciosa, en procura de que las telas sirvieran para la mayor
cantidad posible de escarpines. Y entonces, a cortar, a coser y a vender.
Así había llegado a su rutina de estirar una manta en el
suelo, en el ingreso a la maternidad, para ofrecer las prendas. El día en que
se animó a explicar su situación fue llamado para tener una charla con el
directivo, que lo escuchó y le dio un permiso para vender.
La producción empezó a crecer, con pedidos mayoristas para
ventas en otros lugares y con ayuda de personas e instituciones que vieron
valor no solo en la historia de Néstor, sino también en las prendas que
llevaban las marcas Mis Caruchas y Chavitos. En 2006, con algunas cuestiones de
la dinámica del negocio ya aprendidas, se anotó en un concurso de emprendedores
de la Fundación Impulsar. Tras asistir a una capacitación, el desafío era armar
un plan de negocios. Que su proyecto fuera seleccionado le permitió acceder a
un crédito y hasta participar, un par de años después, de un certamen global de
emprendedores.
Con el tiempo, el negocio creció y chocó con varios problemas
(incluidos juicios laborales), que llevaron a replanificar y a bajar las
pretensiones de expansión. "Ahora quiero hacer todo a conciencia; tenemos
cuatro hijos y quiero disfrutarlos, quiero trabajar sin dejar la vida en
eso", afirma Néstor, que el mes pasado contó su experiencia en el
encuentro anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), y
que suele hablar ante emprendedores. Su experiencia lo llevó a participar de un
programa del gobierno de Córdoba de emprendedorismo.
En plena temporada alta de ventas, estima que este mes los
pedidos llegarán a 4000 prendas.
Hoy tiene tercerizada la producción (dice que las
dificultades y el contexto lo llevaron a adoptar ese esquema), y en la entrada
de la maternidad siguen las ventas, a cargo de mujeres en situación de
vulnerabilidad, que reciben una comisión. Hasta ahora, las prendas de bebe (y
algunas otras hechas a pedido, como bufandas) se consiguen sólo en Córdoba,
pero en poco tiempo llegará un producto a farmacias de todo el país. "Lo
podremos hacer porque se nos aprobó un crédito del Banco Nación para capital de
trabajo", explica. Y concluye que esas ayudas que aparecen en el camino,
se suman a la voluntad y al empeño para que sea posible crecer.
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