Buenos días. Hoy les presento a
la familia Martínez, quienes residen en Pilar, Provincia de Buenos Aires
(Argentina) y se han convertido su sueño original en una empresa en la cual
aúnan pasión con trabajo. Para ello les comparto la nota que les realizó José
María Cuesta y fuera publicada en el matutino La Nación de Buenos Aires
Espero que lo disfruten!
Hasta la próxima!
Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc
Enero 2018
ARTÍCULO:
Familia
Martínez Convirtieron las maquetas en un exitoso negocio familiar y hoy exhiben
en Nueva York
De
izquierda a derecha: Zulema, Ricardo (senior), Gabriel, Ricardo (Junior),
Gabriela y GabrielFuente: LA NACION - Crédito:
Soledad Aznarez
26 de enero de 2018
Ricardo y Zulema
Martínez eran un matrimonio joven con un hijo de 2 años cuando en 1987
decidieron dejar su trabajo de oficina para transformar en un negocio su
pasión: la construcción de trenes y estaciones a escala. Tres décadas después,
esa idea se transformó en una realidad que, además, incluyó a los cuatro hijos
de la pareja. En familia, crearon una de las empresas más reconocidas a nivel
internacional en la construcción de ciudades, edificios y todo tipo de
maquetas.
Su desafío más grande, hasta la actualidad, se
exhibe a pocos metros de Times Square, en Nueva York, dentro del Gulliver's
Gate. Allí se encuentra una colosal maqueta de 112 metros cuadrados (el tamaño
de un departamento 4 ambientes, para dimensionar la magnitud) que recrea los
lugares más reconocidos de América Latina, como las Cataratas del Iguazú , el Machu Pichu, el Cristo
Redentor de Río de Janeiro o el Puerto Madero porteño.
LA NACIÓN visitó el taller y casa de la familia Martínez, situado en
Pilar, donde trabaja el matrimonio junto a sus cuatro hijos: Ricardo (Junior),
Gabriela, Gabriel (conocido como Peter), y Jorge. Entre maquetas, instrumentos
musicales y muchas herramientas, los Martínez contaron cómo es manejar en
familia un negocio tan particular.
"Mi profesión es un poco rara, soy un maquetista pero no en el
sentido clásico. Lo mío está más orientado al área de juego. Mi principal
ocupación es la de construir maquetas de trenes, aunque hacemos de todo
tipo", dijo Ricardo (padre) y relató los orígenes de South American Models
(SAM): "Esto comenzó como una aventura en 1987. Si bien yo tenía trenes
desde chico y me gustaba mucho el tema, recién en ese momento decidí convertir
esa obsesión en un trabajo profesional".
El recuerdo de Zulema es similar: "Esto empezó hace 30 años. Los
dos renunciamos a nuestros trabajos y comenzamos con esto, éramos los dos
únicos empleados de la empresa. Hacíamos todo. Con los años fuimos creciendo y
obteniendo cada vez más trabajos".
"Comencé solo, mi idea no era construir maquetas porque pensaba que
al que le gustaban los trenes iban a hacer ellos las suyas. Era algo loco
pensar en hacerle la maqueta a un hobbista, pero resultó que había ahí una veta
donde mucha gente no tenía la habilidad para construir su maqueta así que
comencé a ofrecer el servicio. Inmediatamente tuve buena repercusión y me
dedicaba a las maquetas de trenes", dijo Ricardo y detalló: "Esas
maquetas las hacía solo o con la ayuda de mi mujer. A través de los años fuimos
creciendo y haciendo proyectos, no solo de trenes, para diferentes empresas
dentro y fuera del país".
De juego a profesión
"Mis hijos comenzaron a crecer y el más grande - se llama Ricardo
pero le dicen Junior y tiene 32 años-, a los 9 años, ya se suma al equipo de
trabajo armando estructuras. Eso lo marcó de alguna manera, porque es el día de
hoy que sigue armando estructuras para la empresa", contó Ricardo padre.
"Luego crecieron mis otros hijos y se fueron sumando a la empresa. A uno
le interesaba más la parte de carpintería y arte - Gabriel que ahora tiene 29
años - ; a otro la parte de electrónica - Jorge de 27 años -; a mi hija -
Gabriela de 31 - la parte de pintura artística y me ayudaba con lo
administrativo", añadió.
"No fue que ellos me dijeron 'Papá quiero trabajar con vos' sino
que fui yo el que les dije que me dieran una mano porque había comenzado a
tener más trabajos y el primer recurso a mano que tenía eran ellos. Ellos
siguieron yendo al colegio, pero en lugar de perder el tiempo con los
videojuegos estaban jugando con las maquetas", dijo el hombre de amplia
sonrisa.
Zulema explicó con más detalles el desembarco de sus hijos en SAM:
"El director de arte a los 5 años estaba con nosotros en el taller y le
gustaba lijar maderas. El que le gusta la ciencia ficción tenía 6 años y ya
armaba estructuras, incluso una vez lo encontramos con todos los dedos pegados
con la gotita y descubrimos que estaba armando algo", relató la mujer. Y
añadió: "Pero desde los 12 años ya lo hacía profesional y comenzó con el
tema de la electrónica. Todos se fueron incorporando así. Mi hija a los 8 años
ya pasaba las facturas de IVA a la computadora. También clasificaba las fotos y
los negativos para cuando los necesitáramos".
Junior también opinó sobre la experiencia del negocio familiar.
"Trabajar con papá es algo distinto a lo que se hace en una empresa
tradicional. Es más relajado en el aspecto de que si cometés un error, estás
con tu familia. Pero es más pesado tener arriba tuyo a tu papá viendo todo lo
que hacés", dijo.
Similar fue la explicación de Gabriela: "Para mí es muy divertido.
Si estamos acá después de tanto tiempo es por algo. No es fácil todo el trabajo
que se hizo, pero es muy reconfortante estar con ellos y hacer algo que nos
encanta". Sobre si se le gustaría dejar SAM, dijo: "No me imagino
haciendo otro trabajo porque este es muy dinámico, nos permite hacer muchas
cosas y, si te cansás de algo, podés hacer otra cosa para relajarte".
Gabriel coincidió con su hermana en que es divertido trabajar todos
juntos, pero que también es "pesado". En tanto, Jorge resaltó: "Es
muy satisfactorio trabajar con la familia. Uno se siente en completa confianza,
por un lado; pero por el otro nunca termina de desconectarse".
Una parte
de la maqueta de América Latina exhibida en Nueva York Crédito: Jorge Martinez
Trabajar en familia
¿Cómo es trabajar en familia? "Es complejo, pero para nosotros es
bastante natural. No sé por qué se llegó a trabajar así en familia, puede ser
por nuestra idiosincrasia y nuestro carácter. Eso hace que no tengamos mayores
problemas", dijo Ricardo padre.
"A la mayoría de la gente le asombra. Cómo es eso de que trabajen
conmigo mis 4 hijos y que ninguno se haya querido ir. Puede ser que el trabajo
les guste mucho o les conviene más trabajar acá que ir a otro lado. Debo ser
mejor jefe", dijo entre risas, y agregó: "Por ahí siguen estando
porque la profesión es lo suficientemente interesante como para que le siga
gustando. Es lo suficientemente diversa. Cada uno encuentra su veta y lo que le
gusta. En otro trabajo, por ahí más estándar, sería más difícil
retenerlos".
"No hay uno que tenga la última palabra. Es bastante democrático.
Todos decimos nuestra opinión y después acordamos. Se acepta la mejor
propuesta. No hay una definición jerárquica", dijo Ricardo sobre la forma
de tomar las decisiones dentro de la empresa familiar.
Con esto coincidieron Gabriel y Jorge: "Quien resuelve es relativo
al tema del que estemos hablando. Todos opinamos de cada tema, pero cuando
llega el momento de decidir se lo escucha más al líder del área".
Los menores de la familia también contaron quién es el más
"complicado". "Junior es el más difícil de llevar", dijo
Gabriel y Jorge agregó: "En algunos casos puede ser muy introvertido,
sobre todo cuando está con su tema de ciencia ficción y nosotros con lo de los
trenes. Pero siempre nos llevamos bien".
Quien resumió a los hermanos Martínez y lo que significa para ella lo
que lograran fue Zulema. "Por suerte fueron muy tranquilos. Fueron mamando
todo eso de estar en el taller con nosotros", dijo la madre con la voz
entrecortada por la emoción y cerró: "Para mí es un orgullo total que
trabajen con nosotros. No puedo pedir nada más, ya está completo con eso.
Verlos a los 4 y a mi esposo juntos es lo más. Es como el resultado de todos
los sueños. Para mi verlos trabajar juntos, en algo que les gusta, y progresen
es lo más. Estoy muy orgullosa de todos".
Otro
sector de la maqueta de 112 metros cuadrados de América Latina exhibida en
Nueva YorkCrédito: Jorge Martinez
El gran desafío y el futuro
Sobre cuál fue la maqueta más compleja que tuvieron que hacer, los
Martínez no tienen dudas que se trató de la que se exhibe en los EE.UU.
"La maqueta que hicimos para Nueva York el año pasado fue la más difícil.
Es una maqueta que tiene 112 metros cuadrados que se hizo en 10 meses. Es algo
imposible de pensar en la cabeza de un maquetista. Es una maqueta compuesta de
23 módulos, con capaz, con piletas que tienen 5 mil litros de agua y se
ensamblan. No se hicieron en Nueva York. Se construyeron en la Argentina y se
llevaron para allá y se ensambló en 2 semanas", graficó Ricardo.
Fue ese gran desafío el que les abrió las puertas al mundo y a una nueva
maqueta que puede estar entre las más imponentes del planeta. "Gracias al
trabajo de Nueva York nos vieron personas del exterior y eso hizo que nos
llamaran para un proyecto similar, aunque más grande. En este momento estamos
trabajando en un proyecto para una gente muy importante, que no puedo nombrar,
pero el tamaño de la maqueta irá entre los 200 y 300 metros cuadrados",
dijo el padre de la familia.