Hoy les presento a Cleusa Maria y su ejemplo como emprendedora y luchadora de la vida. Logró crear un gran emprendimiento desde cero.
Un buen ejemplo para tener en cuenta cuando consideramos que todo nos juega en contra!
Hasta la próxima!
Prof. Lic. Fernando Julio Silva, MSc
Agosto 2017
Cleusa Maria, la
brasileña que cortaba caña de azúcar y se hizo millonaria vendiendo pasteles (a
pesar de no saber de repostería)
Por Luana Ferreira BBC Brasil
22 agosto 2017
Cleusa
María, de 51 años de edad, trabajó en su adolescencia como cortadora de caña.
Ella es la cofundadora multimillonaria de una de las
cadenas de pasteles más populares de Brasil, pero sus comienzos no fueron para
nada dulces.
Cleusa
Maria, que tiene tiene ahora 51 años, no tuvo infancia. Cuando tenía 9 años estaba más acostumbrada a manejar
sachos y rastrillos que muñecas.
Cleusa
llevaba la vida de un adulto, ayudando a su padre cada día en la pequeña granja
que alquilaban en el estado de Sao Paulo, en el sureste de Brasil.
Esa era
su labor hasta que su padre murió en un accidente de carro en 1978, cuando
tenía 12 años. "Ahí fue cuando me di
cuenta que lo que era malo, podía ser todavía peor", dice Cleusa.
De
repente, su madre se convirtió en madre soltera con 10 hijos a su cargo y como
tenían tan poco dinero tuvieron que mudarse a la casa de la abuela de Cleusa.
"Mi
madre y yo éramos las que debíamos alimentar a la familia", recuerda
Cleusa. "Sentí la responsabilidad de ayudar a mi madre a criar a mis otros
nueve hermanos [más jóvenes]".
Así que ella y su madre
comenzaron a trabajar en los campos, cortando caña de azúcar con machetes en
las granjas del estado de Sao Paolo que
tenían más cerca.
En la
actualidad, Cleusa tiene una vida que le era imposible imaginar mientras
trabajó como campesina durante cinco años de su adolescencia.
En lugar de trabajar bajo el sol abrasador de los
campos de Brasil, hoy en día es su propia jefa en la
empresa Sodie Doces, una cadena de tiendas de pasteles con más de 300 puestos
en todo Brasil y una facturación anual de 200millones reales,
(US$63millones).
El camino
hacia Sodie Doces comenzó cuando, a los diecisiete años, decidió que no se iba
a pasar el resto de su vida en el campo. Decidió jugársela y cambió su vida por
completo.
Así que
Cleusa dejó el campo y se fue a Sao Paulo, la ciudad más grande de Brasil, para
trabajar de empleada doméstica.
Sodie Doces
tiene 300 tiendas a lo largo de Brasil
Era un
mundo completamente nuevo para ella, y tampoco le resultó fácil. Cleusa tuvo
que vivir en la casa donde trabajaba y sólo tenía uno o días días libres al
mes. Todo su sueldo se lo enviaba a su madre que seguía laborando en el campo.
"Pasé
de un extremo al otro", dice Cleusa. Me fui de una casa de dos
habitaciones para vivir con una familia rica. Había 9 sirvientes en un hogar en
el que vivían solamente 3 personas".
"Pero
esa vida hizo salir a la inconformista que hay en mí. Me dije a mí misma: ¿por
qué mi comida es diferente a la de la familia para la que trabajo? ¿Por
qué tengo que rellenar sus vasos mientras comen?".
Pronto
decidió labrarse otro camino así que se inscribió en un curso de educación para
adultos para tener la educación que se perdió cuando era niña y después
consiguió un trabajo como recepcionista.
Como
además quería estar cerca de su madre, volvió a mudarse a la parte del estado
de donde había partido años antes y empezó a trabajar en una fábrica que
confeccionaba equipos de sonido.
En 1995,
la mujer de su jefe le pidió un extraño favor que cambiaría su vida para
siempre -quería que Cleusa hiciese un pastel de cumpleaños de 35 kilos.
"La
mujer de mi jefe solía vender pasteles pero ese día se rompió la pierna",
cuenta Cleusa. "Yo no tenía idea de repostería pero ella me dio todas las
instrucciones y funcionó".
La esposa
de su jefe se quedó encantada con el resultado y le insistió para que aceptase
un regalo que Cleusa no podía rechazar.
Le compró una batidora y
la puso en contacto con más clientes.
Por aquel
entonces, Cleusa estaba divorciada y tenía una niña pequeña, trabajaba durante
el día en la fábrica y se pasaba las noches horneando pasteles.
Dos años
después, Cleusa dejó su trabajo como recepcionista y con la ayuda de uno de sus
hermanos abrió una pequeña tienda llamada Sensacoes Doces (Sensaciones Dulces).
Los años siguientes estuvieron cargados de trabajo
duro pero en una década Cleusa ya era dueña de
cuatro tiendas.
Cuando ya
tenía funcionando los cuatro locales, alguien volvió a creer en ella y en que
podía hacer más. Uno de sus clientes insistió en que su compañía debería
expandirse estableciendo una red de franquicias.
"Yo
no tenía ni idea de lo que era una franquicia", cuenta Cleusa. "Pero
este cliente insistió muchísimo hablando de ello durante todo un año".
"Así
que decidí tomar un curso en Sao Paulo para entender el modelo de negocio y
decidí convertir mi firma en una franquicia. El cliente que me propuso la idea
fue el primero en poner una y en menos de 2 años conseguimos tener más de
cincuenta tiendas nuevas".
Nombre registrado
Después
de abrir la franquicia número 74, Cleusa descubrió con espanto que el nombre de
su empresa, Sensacoes Doces, ya estaba registrado por un gigante de la
industria alimentaria: Nestlé.
"Iba a
ser una batalla imposible de ganar. Me pasé cuatro meses sin dormir, decidiendo
qué hacer".
En lugar
de intentar quedarse con el nombre Sensacoes Doces, se le ocurrió un nuevo
nombre para la firma: Sodie Doces (Sodie Dulces)- una mezcla del nombre de su
hija Sofia y su hijo Diego.
Después,
Cleusa mandó nuevos logos a todas sus tiendas y pagó para hacer las
alteraciones necesarias con dinero de su propio bolsillo.
La consecuencia fue que Sodie Dulces no consiguió
beneficios en los siguientes 4 años pero la
compañía "mantuvo su credibilidad y no cerró ni una sola tienda",
dice ella.
Dos
décadas después de haber abierto su primera tienda, Cleusa cuenta ya con más de
trescientos locales en trece estados de Brasil. El precio de sus pasteles van
entre los 43 y los 74 reales (US$13-US$23).
Para
abrir una tienda de Sodie Dulces, las franquicias deben invertir unos 400
reales (US$127) y cada local debe contratar hasta quince empleados.
Según
Luis Henrique Stockler, un experto en el sector de franquicias brasileño, Sodie
Doces ha pasado "todos los test del mercado" durante su trayectoria.
"Yo
tenía dos sueños en mi vida. El primero era sacar a mi madre de los campos de
caña de azúcar y el segundo era que mis hijos nunca tuvieran que hacer ese
trabajo", desvela Cleusa.
"Cuando
la empresa empezó a crecer tanto y tan rápido tenía miedo de no tener el
conocimiento suficiente y de perder todo el dinero que había invertido".
"Pero
en determinado momento me di cuenta de que todo iba bien y que debo estar
agradecida por hasta dónde he llegado".
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