A partir de un artículo
que publicara en mi espacio contando la historia de una joven graduada de 78 años, Ana Muniesa me hizo partícipe de otra
gran historia, el caso de Nieves Sánchez Montero, quien se recibió de abogada en España a los 61
años de edad y hoy con jóvenes 83, sigue
en actividad.
Como cuando decidimos
permanecer activos pese a las inclemencias de la vida y el paso del tiempo el
transcurso de nuestro existir se vuelve más vivaz.
Vale la pena leerla!
Hasta la próxima!
Prof. Lic. Fernando
Julio Silva, MSc.
Noviembre 2012
Artículo:
La
historia de Nieves Sánchez Montero A los 61 años pude por fin ser abogada"
Dra. Nieves Sánchez Montero
Septiembre 2011
A punto de cumplir 83
años, Nieves Sánchez Montero sigue ejerciendo como abogado y tiene para rato.
Se matriculó en Derecho en la UNED en 1980, cuando tenía 51 años porque antes
no pudo estudiar y recuerda los años de estudiante como “los más felices porque
gracias a la Universidad a Distancia pude al fin hacer realidad aquella
vocación que tuve en mi juventud y no pude conseguir entonces”.
Pero Nieves no sólo es
la abogada ejerciente con más edad del colectivo de Abogados, cómo certifica el
Colegio de Abogados de Las Palmas, también es la primera mujer piloto de avión
de Canarias, la primera en participar en un rally de montaña y de las primeras
en cursar la carrera de Derecho en la UNED, vamos una mujer luchadora que ha
conseguido todo lo que se proponía y eso que tenía casi todo en contra.
Hoy, Nieves nos cuenta
su experiencia vital en esta carta titulada “Mis vivencias en la UNED”.
"Mis
vivencias en la UNED" por Nieves Sánchez Montero
Nací en la calle de
Triana en Las Palmas de Gran Canaria en el año 1928. Fui la menor y única niña
de la familia, por lo que, como era natural en aquellos tiempos, fui educada
con mimo y esmero para ser de mayor una buena ama de casa.
Tenía una curiosidad
insaciable por conocer todo aquello que me atraía pero me veía con el handicap
de que mis padres me sobreprotegían, comparada a la vida más libre que llevaban
mis hermanos mayores con bastante diferencia edad conmigo. Mis progenitores
casi nunca salían de casa; mi madre dedicada por completo al hogar y mi padre al
comercio, así que yo no salía mucho.
A medida que pasaba el
tiempo y me iba haciendo mayor, más crecían mis deseos por estudiar y conocer
mundo y un día les dije a mis padres que quería estudiar Derecho. Al estar la
Facultad en Tenerife, significaba estar sola en La Laguna y como no querían que
me separase de ellos pues no se realizó mi deseo.
Entonces y como me
gustaban los idiomas y la música, aprendí inglés y terminé la carrera de piano
en el año 1953. Contraje matrimonio en el mismo año con Paco Vila, con quién
conviví 57 años de mi vida y tuve dos hijos.
Fue la persona que me
comprendido, me dio alas y me facilitó el que yo pudiera lograr todo lo que yo
había soñado hacer desde mi niñez, lo que en aquella época era bastante inusual
en un marido.
Me enseño a conducir y
recuerdo que para que me dieran el permiso de circulación del coche él tuvo que
firmar porque en el año 1956 era necesaria la autorización del marido … También
aprendí a nadar; a hacer submarinismo, descubriendo las bellezas del fondo
marino y aficionándome a todo lo relacionado con el mar: disfruté con el ski
acuático; me interesó aprender a navegar y saqué el título de Patrón de Yate;
sentí pasión por la velocidad y participé en los años 60 en tres competiciones
automovilísticas y en un Railly, como mujer pionera en carreras de velocidad;
disfruté de las carreras de motonáutica; busqué los maravillosos rincones que
tiene la isla y los mostré en un concurso fotográfico. Poco a poco iba
realizando las cosas que me gustaban y me sentía contenta.
Un día me fascinó la
idea de volar. Entonces hice el curso de Piloto en el Real Aeroclub de Gran
Canaria y cuando sumé
ocho horas de aprendizaje el profesor me dio la “suelta” y me convertí en la
primera mujer canaria que ha volado sola.
De ese día tengo la
anécdota de haber avisado a la Base Aérea para que salieran a salvar a unos
hombres que se encontraban en el agua a punto de ahogarse junto a su pesquero
que se hundía rápidamente en la Baja de Gando. Los divisé justo cuando iniciaba
la maniobra de aterrizaje y felizmente todos salvaron su vida.
Pasaba el tiempo y
aunque yo seguía dedicada al hogar, a mis hijos y también a toda esa actividad
deportiva con la que tanto disfrutaba, sentía algo pendiente en mi vida por
realizar. Me faltaba algo y ese algo era estudiar Derecho.
Un día vino a verme una
buena amiga y me encontró inquieta y de regular humor. Le conté que yo había
creado una familia, que había conseguido aprender muchas cosas pero me faltaba
lo que desde jovencilla fue mi vocación y no pude conseguir: ser abogada.
Entonces me dijo que en
la UNED, podría estudiar en la Universidad aunque no tuviera el Bachiller, con
el Curso de Acceso para mayores de 25 años. Me dio un vuelco el corazón y me
matriculé, aprobé y empecé a estudiar Derecho; transcurría el año 1979 y tenía
51 años.
A cuenta de ello
recuerdo la graciosa anécdota que me ocurrió días después de enviar mi
solicitud de ingreso.
Resulta que me llamaron
de la UNED de Madrid. Pensaban que el año 1928 que figuraba como fecha de mi
nacimiento era un error… Tuve que insistirle mucho a aquel joven para que me
creyera que ese año era el correcto…
Me sentí una persona
muy afortunada estudiando en la UNED y fue una experiencia maravillosa convivir
con alumnos muchos más jóvenes que yo y que hacían sentirme en el aula como una
compañera más del grupo.
Había conseguido lo que desde niña siempre me atrajo y
viví una época muy feliz durante aquellos años.
Igualmente encontré
tutores con un alto grado de conocimientos como docentes; eran Magistrados,
abogados, etc., que orientaban y ayudaban en las asignaturas.
Por fin el 16 de mayo
de 1989 juré como abogada en el Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas. Hoy,
con 82 años llevo 22 años ejerciendo felizmente y con la misma ilusión del
primer día, sintiéndome además muy orgullosa de ser en la actualidad la abogada
ejerciente con más edad de este Colegio.
No pude estudiar
Derecho cuando fui joven pero hoy quiero decirle emocionada a mi querida UNED,
que gracias a ella logré hacer realidad mi vocación, agradeciendo también el
apoyo y ánimo que siempre tuve de mi marido y de mis hijos y deseándole a la
Universidad a Distancia muchos éxitos y que siga presente en nuestra sociedad
por muchos años y para bien y esperanza de las futuras generaciones.
Un reportaje de Sonia
Cubillo y Alicia Bardón