Les traigo otra
interesante historia de una persona – Beatriz – que no se deja llevar por el
almanaque cuando de seguir formándose se trata. Valga como ejemplo!
Espero la disfruten
Hasta la próxima!
Prof. Lic. Fernando
Julio Silva, MSc
Febrero 2013
Artículo:
“A los 76 años vivió su primer día de clases en la universidad”
POR LUCAS CRUZADO
Beatriz Guzmán terminó
el secundario el año pasado. Y ayer comenzó a cursar Psicología.
CORDOBA. CORRESPONSAL - 06/02/13
A Beatriz la impulsan
sus 76 años y unas ganas locas por aprender. No importa que tenga que
despertarse temprano y caminar 15 largas cuadras para ingresar a ese auditorio
repleto de juventud. Mucho menos que la memoria le pueda jugar una mala pasada
en algún examen futuro. Su vocación por el estudio se sobrepone a todo. “Quiero
leer y superarme un poquito todos los días... Y si puedo recibirme, mejor…”, le
cuenta a Clarín esta flamante bisabuela universitaria, unos minutos antes de
asistir a su primer día de clases como alumna en la carrera de Psicología que empezó
a cursar ayer en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Son las 8.50 y Bety
avanza a paso firme con una cuadernito naranja debajo de su brazo derecho. A su
alrededor, el mundo de los estudiantes ya empezó a rodar. Cuenta que los
nervios le coparon el estómago y la ansiedad la desveló. Pero ahí está ella, a
pocos pasos de concretar su sueño. “De chiquita siempre me interesó el estudio
pero como tuve que trabajar no pude seguir… Y mirá, acá me tenés, a punto de
ingresar a un aula con esta edad”, rememora, antes de encarar la última curva
que la llevará hacia al auditorio del Rectorado donde tendrá su bautismo.
Dionisia Beatriz Raquel
Guzmán es jubilada, vive en el barrio Ciudadela de la capital cordobesa y
terminó el año pasado la secundaria con promedio envidiable: 9,30. “Hice la
primaria a los 61. Luego se enfermó mi esposo y abandoné. A los 73 años retomé
los estudios y terminé en diciembre pasado”, señala a este diario. Y se
explaya: “En tres años me di cuenta de que mi edad no era una barrera sino una
oportunidad para empezar cosas nuevas”.
El preceptor del
colegio del Centro Educativo de Nivel Medio para Adultos (C.E.N.M.A 125) donde
la bisabuela cursó hasta el año pasado, Daniel Saine, la describió a Clarín
como “una señora muy humilde, solidaria, aplicada y respetuosa. Fue una muy
buena compañera que contagió al resto de sus compañeros”.
Sus tres hijos, siete
nietos y dos bisnietos son el motorcito anímico que la motiva todos los días.
“Desde que enviudé ellos me ayudan mucho y me apoyan en todas las decisiones”,
relata la mujer, que trabajó como empleada doméstica y hoy vive de una pensión
y de “alguna ayuda que me hacen mis hijos”.
¿Por qué eligió seguir
la carrera de Psicología?
Me parece una carrera
muy importante. Me entusiasma mucho estudiar la mente para conocer en
profundidad a las personas. Me gusta la psicología social. Mi sueño es poder
ayudar a los demás para que puedan superar sus problemas.
El Curso de Nivelación
para Psicología dura siete semanas y tiene dos parciales claves. “Pude hacerme
del material y estoy estudiando desde hace un tiempo. No me apura nadie pero
soy bastante exigente conmigo misma”, describe Bety, que aprendió a leer y a
escribir gracias a los recortes de los diarios y hoy tiene página en la red
social Facebook. “La manejo más o menos”, detalla.
A las 9.02, el bullicio
y la voz que se propaga por el micrófono del profesor Germán Pereno anuncian
que la primera clase está a punto de comenzar. Beatriz acelera el paso entre
los jóvenes, pide permiso, bordea el auditorio y consigue –milagrosamente– un
banco en el costado izquierdo del aula. “Bienvenidos”, dice Pereno desde el
escenario. Entonces, ella abre su cuaderno naranja, toma una lapicera negra y,
a los 76 años, empieza a escribir las primeras palabras de un nuevo capítulo en
su vida